2014(e)ko martxoaren 6(a), osteguna

Reflexiones de un escriba



Habrá quien nos culpará por no haber detenido la destrucción de la ciudad. Habrá quien no nos creerá cuando relatemos los hechos que hemos vivido estos 5 días, cuales se suponían que eran momentos de alegría en la ciudad. Habrá también alguno que se alegrará por la llegada de seres demoníacos al corazón del Imperio.
Y sin ninguna duda, habrá quien seguirá entorpeciendo nuestros esfuerzos cuando intentamos evitar una catástrofe de tal magnitud.
Aprendí que así era la vida del aventurero, cuando aun siendo imberbe, salí a explorar los misterios del mundo con un formidable grupo de aventureros, quienes no recibieron jamás ayuda por parte de la gente a la que intentaban salvar, y sí varias impedimentas.

Espero que mi compañero equino haya logrado huir de los establos cuando empezó la destrucción de Bögenhafen, pues era realmente un ejemplar formidable y contaba con la fuerza para romper sus ataduras al ver un portal destructivo creciente.
Aun y todo, no sé si nuestros caminos volverán a cruzarse, pues tras estos hechos, no sabemos a dónde nos dirigirán nuestros pasos.
Todo pinta que en mi camino a ser un caballero ordenado, la pérdida del caballo será el menor de los percances. Pero no cesaré en ello, ni aunque tenga que enfrentarme a los Dioses del Caos en persona, sin ninguna ayuda.

1 iruzkin:

  1. Las suposiciones sobre equinos llenarían tomos enteros maese Dieter. Mejor deje este tipo de dudas a quienes entienden de ataduras y establos...

    ErantzunEzabatu